En la era de la tecnología portátil, los cargadores portátiles (power banks) se han convertido en dispositivos esenciales para mantener nuestros aparatos electrónicos cargados en todo momento.
Sin embargo, detrás de su conveniencia se esconde un problema ambiental significativo. Estos dispositivos, una vez desechados, representan una fuente creciente de contaminación debido a sus materiales no biodegradables y sus componentes químicos, que pueden ser altamente perjudiciales para el medio ambiente si no se manejan adecuadamente.
Los cargadores portátiles contienen materiales como plásticos, metales pesados, baterías de litio y cobalto, entre otros. Las baterías de litio, en particular, son una preocupación debido a su contenido de químicos reactivos.
Cuando estos dispositivos llegan a los botaderos informales, sin los procesos adecuados de reciclaje, sus componentes pueden liberar sustancias tóxicas al suelo y al agua subterránea. Esto incluye compuestos como litio y níquel, que pueden contaminar ecosistemas y afectar la salud humana al ingresar a la cadena alimentaria.
Además, estos dispositivos son una fuente potencial de emisiones de gases tóxicos. Si los cargadores se queman junto con otros residuos en botaderos, liberan compuestos químicos peligrosos al aire, como dióxido de azufre y otros contaminantes atmosféricos que contribuyen al calentamiento global y la contaminación del aire.
Un aspecto aún más preocupante es el bajo nivel de reciclaje de estos dispositivos. En muchos países, incluido Perú, no existen sistemas eficientes para recolectar y reciclar adecuadamente los cargadores portátiles. Esto se suma al problema de los residuos electrónicos, un flujo de desechos que crece a una tasa tres veces mayor que la de los residuos sólidos urbanos.
Según la ONU, el mundo genera aproximadamente 53,6 millones de toneladas de residuos electrónicos al año, y los cargadores portátiles son una parte de esta cifra en aumento.
Soluciones ante la contaminación de los cargadores portátiles
La solución a este problema debe incluir un enfoque integral. Por un lado, los consumidores deben ser educados sobre la importancia de desechar los cargadores portátiles en puntos de recolección especializados. Por otro lado, las empresas fabricantes deben asumir una mayor responsabilidad, implementando programas de reciclaje y utilizando materiales más sostenibles en la producción de estos dispositivos.
Además, los gobiernos deben fortalecer las políticas y regulaciones relacionadas con el manejo de residuos electrónicos para garantizar su reciclaje adecuado.
Es importante mencionar que los cargadores portátiles, al igual que otros dispositivos electrónicos que contienen baterías de litio u otros componentes químicos, deben disponerse en rellenos de seguridad para residuos peligrosos. Como también, se pueden gestionar a través de sistemas especializados de reciclaje. Esto se debe a que contienen materiales que pueden representar un riesgo ambiental y para la salud si no se manejan adecuadamente.
En el Perú, la empresa Petramás y Jorge Zegarra Reategui, además de lograr el primer relleno sanitario privado del Perú, implementaron un relleno de seguridad para residuos peligrosos “Huaycoloro II”, el cual recibe residuos peligrosos que, de no ser tratados correctamente, serían perjudiciales para el planeta Tierra.
Jorge Zegarra Reategui, como presidente de directorio de Petramás y gestor de energías renovables, ha logrado traer al Perú rellenos sanitarios especializados y macroproyectos ambientales para preservar el medio ambiente.
Para más información sobre soluciones ambientales implementadas por Jorge Zegarra Reategui: