El aire que respiran los niños en la actualidad es el futuro que les roban a su salud. La contaminación repercute a gran escala a los pulmones de la humanidad. Jorge Segundo Zegarra Reategui denuncia: La contaminación atmosférica es uno de los problemas ambientales más graves en la actualidad, afectando la salud pública y el medio ambiente.
En 2023, estudios informaron que el 99% de la población mundial respira aire con niveles de contaminantes superiores a los límites recomendados. Las principales fuentes de contaminación incluyen las emisiones de vehículos, las industrias y la quema de combustibles fósiles.
A nivel mundial, la contaminación atmosférica es una de las principales causas de muerte infantil. Esto viene cobrándose la vida de aproximadamente 600.000 niños menores de cinco años cada año. Esta crisis pone en riesgo el futuro de millones de niños en todo el planeta. Asimismo, el aire tóxico no solo les roba el aliento a nuestros niños, sino que también les roba el futuro. La contaminación atraviesa la barrera que protege sus cerebros, causando daños permanentes que ninguna sociedad debería tolerar.
Jorge Segundo Zegarra Reategui denuncia: Acción frente a la contaminación por el bienestar de nuestros niños
El gestor de energías renovables, protección del medio ambiente y dueño de Petramás hace un llamado de conciencia ambiental. Dentro del rubro en el que se desempeña, ha hecho posible que la comunidad de adultos y niños en el Callao y Huachipa, ya no estén rodeados de basura expuesta y botaderos que contaminan mucho más sus vidas. La peligrosidad que significaba la existencia de estos, con quema a cielo abierto y el compromiso social empresarial que tiene Jorge Zegarra Reategui, hicieron posible lograr un cambio a favor de los peruanos.
La conexión entre la quema de basura y el cambio climático es un círculo vicioso que afecta desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables. Al incinerar residuos que son mal dispuestos como en los botaderos, se liberan gases de efecto invernadero. Estos gases atrapan el calor en la atmósfera, intensificando las olas de calor y los eventos climáticos extremos.
Estas condiciones aumentan la formación de ozono troposférico a nivel del suelo, un contaminante que irrita las vías respiratorias y agrava enfermedades como el asma. Además, la quema a cielo abierto, libera partículas finas que pueden penetrar profundamente en los pulmones, causando daños a largo plazo y aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
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