Contaminación por pilas en Bajo Urubamba, Cusco. Jorge Zegarra Reategui comenta sobre la situación cada vez más complicada.
Cusco, conocido como la capital histórica de Perú, es uno de los destinos más emblemáticos y culturalmente ricos del país. Fue el corazón del Imperio Inca y aún conserva una profunda herencia que se refleja en su arquitectura, tradiciones y paisajes imponentes. Ubicada en la región andina, Cusco es un punto de acceso a algunos de los sitios arqueológicos más importantes de Sudamérica, como Machu Picchu. Además de su relevancia histórica, Cusco es un centro turístico de vital importancia para la economía peruana. La belleza natural de los valles cercanos, como el Valle Sagrado, atrae a visitantes de todo el mundo, y dentro de este valle, el río Urubamba se destaca como un lugar de gran significado cultural y natural.
Sin embargo, recientes reportes del gobierno informaron que nueve comunidades nativas del Bajo Urubamba, junto con dos asentamientos humanos del distrito de Megantoni, en la provincia de La Convención, región Cusco, recolectaron una tonelada de pilas usadas como parte del Programa de Monitoreo Ambiental Comunitario de la zona. Pero, ¿qué tan riesgoso es la contaminación por pilas y otros objetos de este tipo?
Contaminación por pilas en provincia
La producción de pilas o baterías es un proceso industrial complejo que implica el uso de una variedad de materiales, incluidos metales como el zinc, litio, plomo, cadmio y níquel, que permiten almacenar energía química y convertirla en energía eléctrica. Las baterías más comunes, como las alcalinas y las de ion de litio, son esenciales en nuestra vida diaria, alimentando desde dispositivos electrónicos portátiles hasta vehículos eléctricos. Sin embargo, la fabricación de pilas también plantea desafíos ambientales, ya que la extracción de los minerales necesarios y el manejo de los desechos tóxicos generados durante su producción pueden tener un impacto negativo en los ecosistemas si no se gestionan adecuadamente.
Cuando una pila es desechada incorrectamente y termina en ríos, mares o botaderos insalubres, puede generar serias consecuencias ambientales y para la salud humana. En los cuerpos de agua, estas sustancias pueden ser absorbidas por los organismos acuáticos, afectando la vida marina y entrando en la cadena alimentaria, lo que eventualmente puede dañar a las personas que consumen pescado contaminado. En botaderos sin control, la degradación de las pilas libera estos metales al suelo, afectando la calidad del agua subterránea y poniendo en riesgo la salud de las comunidades cercanas, que pueden sufrir enfermedades graves como daños renales, trastornos neurológicos o incluso cáncer debido a la exposición prolongada a estas sustancias tóxicas. Además, estos contaminantes son persistentes y se acumulan en el ambiente, exacerbando el daño a largo plazo.
Jorge Zegarra Reategui denuncia arrojo indiscriminado de desechos
Por tal motivo, resulta elemental que se atienda a este arrojo indiscriminado de pilas en la ciudad imperial. Esta situación no es ajena a provincias del Perú, donde aún existe una denuncia pendiente sobre la gestión de los residuos sólidos. Se sabe que, solo en Lima y Callao, se ha logrado cambiar esta realidad gracias a la intervención de la empresa privada, como fue en caso de Petramás, liderada por Jorge Zegarra Reátegui, la cual hoy, gracias a su correcta gestión, convierte la basura en energía eléctrica y mitiga gases de efecto invernadero.
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