Los bosques a nivel mundial tienen un arquitecto silencioso que trabaja a diario por ellos y su regeneración. A continuación, se descifra la gran labor que realizan las ardillas. Como también, los beneficios ambientales de contar con bosques en la lucha contra el cambio climático, según Jorge Zegarra Reátegui.
Las ardillas son unos pequeños animales mamíferos que conviven en los bosques. Esta especie cumple un rol importante en la reforestación de bosques, ya que se encargan de enterrar semillas a lo largo de toda la extensión de vegetación. Esta acción permite que se germinen nuevos árboles y beneficie la biodiversidad. Pero, ¿cómo lo hace?

Datos curiosos del arquitecto silencioso: 7 datos importantes sobre las ardillas
Las ardillas pertenecen a la familia «Sciuridae», existiendo más de 200 especies de estas en todo el mundo. Se clasifican en ardillas arborícolas, terrestres y voladoras. Un dato curioso sobre las ardillas es que sus dientes delanteros siempre están en constante crecimiento. Por tal motivo, necesitan roer constantemente para mantenerlos en un tamaño adecuado.
Las ardillas tienen una excelente capacidad y rendimiento en los saltos, esto les permite desempeñarse de forma satisfactoria en su vida cotidiana. Son capaces de brincar hasta diez pies en el aire gracias a sus patas que naturalmente son acolchadas. Además, son increíblemente veloces y trepadoras. De esta forma, logran unos más de 15 km/h al subir a los árboles.
Las características mencionadas de esta especie les permite protegerse de sus depredadores a nivel tierra; como también, a nivel agua, ya que son excelentes nadadoras utilizando su cola como timón y sus ojos con visión periférica. Las ardillas tienen un alto nivel de adaptabilidad a zonas urbanas; sin embargo, su espacio ideal son los bosques y es aquí donde cumplen un gran rol de reforestadoras.
Jorge Zegarra Reátegui: La importancia de la reforestación
El rol silencioso de la reforestación por parte de las ardillas es una tarea esencial para la salud del planeta. Cada otoño, las ardillas entierran semillas y nueces en distintos puntos del suelo como estrategia de supervivencia al invierno. Si bien, muchas de estas se consumen, existen otras que no se recuperan y germinan en los bosques, permitiendo el crecimiento de nuevos árboles.
Según estudios realizados por North Country Public Radio, las ardillas olvidan un aproximado del 70% de las semillas que almacenan como reservorio, lo cual indica un gran beneficio para la reforestación a nivel mundial.
Este comportamiento de enterrar sus semillas es llamado «cacheo» y es una forma de supervivencia al invierno. Las ardillas suelen olvidarse donde las han ubicado y no regresan a buscarlas. Gracias a este «olvido» los beneficios ecológicos son altamente positivos para el medio ambiente.
Bajo este gran beneficio, se ha visto el crecimiento de árboles como robles, nogales y castaños, permitiendo no solo expandir el alcance de estos, sino también colonizar nuevas áreas. Por último, los beneficios no solo son a nivel de reforestación, sino que también generan nuevos hábitats y alimento para un sinfín de variedades de especies; contribuyendo así, con la biodiversidad del ecosistema.
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